“En octubre de 2017, una schnauzer mini negra preciosa, a quien dimos el nombre de Mía, apareció para salvar la vida de mi padre. ¿Por qué? Porque se encontraba sumido en una depresión y carcomido por la ansiedad, como consecuencia de haber sufrido  un grave accidente vascular cerebral y haberse convertido en una persona dependiente. Mía trajo consigo alegría y ganas de vivir. Sacó amor de todos nosotros, pero una pregunta se cruzaba por mi cabeza de vez en cuando: ¿será Mia feliz con nosotros?
Unos meses más tarde mi mejor amiga me habló de Pati y de la comunicación animal. Algo vibró en mi en ese momento. No dudé en contactar a Pati y le conté nuestra historia familiar, así como mis dilemas internos acerca de si nuestra Mía estaba en paz, si se sentía amada, cuidada y feliz. Pati no sólo entendió la naturaleza de la situación, sino que me informó de en qué consistía y cómo funcionaba exactamente la comunicación animal. Pues bien, primero mi corazón me dijo que ese era el camino y luego Pati me guió a través de él. Tenía que formular mis dudas en forma de pregunta y ella conectaría con Mia. No soy capaz de expresar con palabras el resultado de esa comunicación entre Mia y Pati. Lloré de pura emoción y sentí un profundo contentamiento. Pati me habló de momentos muy íntimos de nuestra familia en el sofá los domingos con Mia, detalles que sólo Mia, mi padre o yo podíamos conocer. Fue una experiencia única y extraordinaria. La clave fue Pati, su sensibilidad, su sentir,… además, sin conocerla, conecté con ella y entendí de forma clara el proceso. La consecuencia fue más amor en nuestra familia y mejor comprensión de las necesidades de mi querida Mia. No dudaría en repetir la experiencia y agradezco de corazón a Pati el trato y servicio ofrecidos. Su buen hacer, su amor y pasión son la clave para el éxito”