Este artículo se basa especialmente en mi experiencia personal conviviendo con animales que han llegado a mi vida con comportamientos de miedo y agresividad (por miedo), con niveles de estrés muy elevados, y problemas e manipulación, debido a situaciones que han vivido en sus primeros años de vida que les ha impactado y les ha condicionado en su día a día, como maltratos y hacinamiento. 

Convivir con animales que han vivido situaciones duras, por difícil que pueda parecer al principio, son animales en realidad que nos hacen crecer interiormente pues requieren también una mirada profunda hacia nosotr@s mism@s, ya que tenemos que estar muy atentos a nuestras reacciones y comprender cómo podemos realmente ayudar al animal.

¿Cómo ayudar a un animal con vivencias “traumáticas” y con miedos? Mis reflexiones:

1. Respeta sus tiempos:

A las personas nos cuesta respetar los tiempos de los demás. Solemos querer que todo se solucione inmediatamente, pero tenemos que ponernos en la piel de ese animal y todo lo que ha podido vivir antes de llegar a nuestro hogar. 

Los animales que han pasado por situaciones muy duras (abandono, maltrato, separación, etc.) pueden llegar a nuestro hogar con niveles de estrés muy elevados y somatizarlo. Lo mismo que nos sucede a las personas. 

Cada caso es individual y las reacciones del animal pueden ser varias. Hay que tratar a cada animal de forma individual. Hay animales que llegan a casa y enseguida notas comportamientos extraños. Hay otros animales que llegan a casa como si nada pasara, pero a medida que avanzan las semanas empiezan a comportarse extraño, pues al sentirse relajados en su nuevo hogar empieza a aflorar todo el estrés y miedos que llevaban dentro (es como si sacaran fuera todo lo que han estado reteniendo dentro). 

Es importante tener paciencia ante estas situaciones y buscar la manera de ayudarle en el proceso con ayuda de profesionales que trabajen las conductas en positivo (nunca con castigos ni autoridad). 

2. No añadas más presión a la situación y observa tus propias reacciones internas:

Si nos llega un animal con mucho estrés o agresividad por inseguridad/miedo entre otros casos por ejemplo, no ayudaremos añadiendo más estrés a la situación. Tenemos que ser muy conscientes de cómo reaccionamos ante ciertos comportamientos de nuestros animales y ser muy honestos con nosotr@s mism@s. ¿Qué resuena en mi? ¿Qué tiene que ver conmigo el comportamiento del animal?

Nuestras acciones y reacciones también tienen un efecto en el animal, y esas reacciones nuestras pueden añadir más inseguridad al animal o por lo contrario favorecer a que se sienta con el tiempo más seguro, ayudándole en el proceso de mejoría con paciencia, cariño y comprensión. 

Miremos pues cómo estamos nosotr@s interiormente. ¿Cómo reaccionamos cuando ladra nuestro perro? ¿Cómo reaccionamos si nos gruñe? Nos ponemos nosotros también de los nervios? ¿Le pegamos un chillido al animal con un tono agresivo? ¿Y qué sucede si nuestro gato orina fuera del arenero? ¿Le reñimos? (cuando en realidad el animal nos está posiblemente mostrando un síntoma de que algo va mal, que se encuentra mal físicamente o que tiene estrés, etc…) ¿Cómo podemos reñirle por eso? ¿Por qué añadimos más tensión y conflicto en casa?… 

Todo eso crea una reacción que no favorece a animal también. 

También es importante preguntarnos si somos coherentes con lo que le decimos al animal y con nuestras acciones. Si no somos coherentes el animal no comprende nada…

3. No le restes importancia a las reacciones del animal y comprende lo que el animal realmente necesita: 

En este punto es de gran utilidad la herramienta terapéutica de Comunicación Animal, y en la que estaré encantada de ayudaros. 
A través de la comunicación animal le damos la oportunidad de expresar al animal cómo se siente, qué necesita de sus cuidadores, si es feliz, en qué podemos ayudarle, etc.
Los animales tienen formas de pensar, formas de ver el mundo, sentimientos, experiencias vividas, elecciones, su propia personalidad… La comunicación animal nos ayuda a comprender todo eso, y ayuda a que el animal se sienta más comprendido.

Yo estaré encantada de ayudar con la Comunicación Animal, haciendo de puente entre vosotr@s y vuestro animal, para haceros llegar todo lo que vuestro animal desee contaros para su máximo bienestar.  

4. Conoce la naturaleza del animal y sus necesidades naturales e individuales: 

Un animal no es un juguete. Tenemos que ser responsables y comprender la naturaleza del animal que llega a nuestras vidas. 

No es lo mismo el comportamiento de un gato, perro, conejo… Tampoco son iguales en función de la especie las necesidades que debemos cubrir según la especie. Debemos por lo tanto responsabilizarnos, informarnos con profesionales de calidad, y comprenderlos no solo como especie, sino como individuos.

Acude siempre a terapeutas o educadores que trabajen en positivo, y que nunca usen los castigos o la sumisión.

5. Respeta al animal tal y como es: 

Los animales tienen su propia personalidad y carácter, así que también es importante conocerla y respetarla. 

Por ejemplo: 

Hay animales más o menos sociables. ¿Tu animal es menos sociable? ¿No le gusta relacionarse con otras personas o con otros animales? 

No pasa nada! No pasa nada mientras el animal sea feliz. Es allí lo importante. Puede que sea un animal poco sociable (y nosotros lo veamos como un problema), pero si eso no le impide a llevar una vida feliz al animal, ¿qué de malo hay en ello?

A veces somos las personas las que queremos que nuestros animales sean de una determinada forma, pero es tan importante dejarles ser! Respetar su forma de ser, su carácter y personalidad. Lo importante es que sean felices. 

Para animales que llegan muy traumatizados puede que tengamos que ir acompañándolos a su ritmo para que nos vayan mostrando su personalidad real. 

Cada caso es individual y requiere de nuestra comprensión.

Crece con la situación, aprende de ti mismo, explora, ama a tu animal, dale tiempo, respétalo, trabaja en tus propias reacciones, ayúdate de profesionales, ofrece al animal lo que necesita, compréndele… 

Herramientas terapéuticas para ayudarles: 

A través de varias herramientas terapéuticas podemos apoyar al animal para desbloquear esa experiencia traumática que ha vivido que ha quedado grabada en su vida si es el caso. Te propongo las siguientes con las que yo trabajo: 

– Comunicación Animal: 

La comunicación animal como comentaba nos permite comprender cómo el animal está viviendo esa situación y cómo podemos ayudarle. 

Incluso a veces, en algunos casos sucede que el animal por el simple hecho de ser escuchado y poder expresarse, eso produce en él un alivio inmediato. Cada caso es un mundo.  


– Terapia Floral y esencias: 

En muchos casos, la terapia floral (flores de bach y otras) pueden ser de gran ayuda, una vez comprendemos la situación del animal y hacemos una adecuada selección de flores, así como una adecuada prescripción de dosis y tomas.  


– Sanación Chamánica:

En función del caso, el animal puede requerir eliminar algunas impactos que ha recibido en su parte energética, si esos impactos le condicionan en su vida actual. La sanación ayuda a liberar esos impactos, es un trabajo con su alma. 

Es importante tener en cuenta que la sanación no quiere decir curación, y que además requiere de la disposición del paciente y de su entorno familiar para que el resultado sea satisfactorio.

Si te resuenan algunas de estas herramientas terapéuticas, estaré encantada de acompañaros. Podéis escribirme a patricia@patriciaperreau.com