Tenemos que empezar a comprender que nuestro estado emocional y mental afecta a los animales con los que convivimos, ya que todos resonamos como familia.
Si tu animal empieza a realizar comportamientos no habituales, puede deberse a muchos motivos, pero te recomiendo también que hagas una mirada interna y te preguntes lo siguiente:
– ¿Cómo está el ambiente en casa? ¿Hay armonía en mi hogar?
– ¿Cómo me siento yo? ¿Estoy en calma o estoy en un periodo de mucho estrés, tensión, enfados, miedos, etc.?
– ¿Cómo está mi vida en estos momentos? ¿Hay caos? ¿Hay serenidad?